Guión de un proyecto

Partiendo de la premisa de que cada grupo es distinto, hemos ido identificando a lo largo de varios años de trabajo experiencias similares, nunca idénticas, pero sí comparables, en un intento de definir una metodología (abierta, flexible) que nos permitiera, primero, fijar nuestra práctica para poder mejorarla y, al mismo tiempo, poder compartir y replicar el conocimiento que hemos acumulado en los distintos proyectos que hemos impulsado

El proceso en el que nos sumergimos en cada proyecto sigue las fases de producción y realización de una película, incluyendo la etapa de exhibición en salas, con público real. El motor de todo el trabajo del grupo es finalizar su película.

 

            1. Preparación
            2. Guión
            3. Ensayos
            4. Preparación del rodaje
            5. Rodaje
            6. Montaje, postproducción
            7. Exhibición en cines

 

1. Preparación: bienvenidos, somos un grupo

Comenzamos las jornadas con una bienvenida alrededor de un desayuno sano. Tras saludarnos, lo primero que hacemos es preguntarnos cómo nos sentimos, cómo ha ido todo desde la última vez que nos vimos. Un detalle importante: solemos poner música para sentir que es un espacio propio e ir dejando atrás la ciudad.

Tras la bienvenida pasamos a una fase de warm up o caldeamiento. En ella, ponemos en juego la dinámica de un sistema de comunicación total con el objetivo de promover la confianza y la cohesión grupal . Utilizamos la proyección del cuerpo, la mímica y los gestos, yendo más allá de la palabra. A través de estas dinámicas conseguimos desbloquear, desmecanizar, activando la espontaneidad y creatividad propia del grupo con el objetivo de relajar cualquier tensión o rigidez. Intentamos también de esta forma dibujar un autodiagnóstico y una evaluación del grupo.

 

2. Guión: Sacando historias 

El clima de confianza y estimulación de la creatividad del grupo nos permite llegar a la etapa en la que emergen las historias y los protagonistas de las secuencias que  rodaremos posteriormente. Habitualmente, por motivación propia, el protagonista investiga su historia personal conectándose con el conflicto o trama que estábamos construyendo. En esos momentos el resto del grupo se convierte en espect-actor y coprotagonista de las historias planteadas, devolviendo matices o preguntas que harán crecer la historia que queremos contar.

 

3.Ensayos/escenificación: Sin emitir juicios

En esta etapa tratamos de poner en escena la trama que hemos ido definiendo. En esta escenificación el/la protagonista representa, en la mayoría de las ocasiones, los problemas que enfrentan en el presente y la secuencias pasadas que explican cómo han llegado a ser quienes son. 

En estas sesiones el psicodrama es la principal herramienta. Tiene muchas ventajas para los participantes: al interpretar o al ver una interpretación en estas sesiones no nos exigimos nada, no es necesario extraer interpretaciones ni juicios. En estos momentos es la acción misma la que ofrece posibilidades de respuesta al protagonista sobre su  funcionamiento emocional y conductual. Es aquí cuando nos sumergimos en escenas actuales o pasadas de cada uno de los alumnos, para decir lo que no dijimos, hacer lo que quisimos hacer y no pudimos. La fuerza del psicodrama está, en este caso, en su capacidad para hacer brotar alternativas vivenciales que el propio actor y los espectadores no concebían antes de esta representación. 

Tras las escenificaciones, exploramos en grupo la escena que acabamos de presenciar para comprenderla mejor y ensayar una escena futura alternativa, que pueda ampliar la mirada del protagonista. La respuesta espontánea del grupo, la interacción actor-espectador, es en estos momentos de ida y vuelta, una interacción que  los convierte en co-pacientes desarrollando una conducta de apoyo mutuo. Con estos diálogo tratamos de convertir en secuencia cinematográfica la vivencia que ha brotado en la escena partiendo de planteamientos sencillos como el de personaje, paisaje, pasión.

 

4.Preparación del rodaje: La cámara como posibilidad y el cine como espejo

La creación de un equipo de rodaje es un parte fundamental del proceso. La escala del equipo es profesional, es decir, se definen los departamentos y roles necesarios para desarrollar el proyecto,  y se forma a cada uno en su rol. 


Siempre filmamos con cámara de cine y equipo profesional de sonido porque queremos dar valor a la factura de la película y elevar al máximo la calidad de las experiencia formativa de los alumnos. 

El grupo adapta a su propia dinámica los procesos de ensayo y preparación técnica, etapas en las que les proporcionamos la experiencia directa con el lenguaje cinematográfico, las herramientas profesionales y con la disciplina colectiva que implica un rodaje. 

Producción, guión, dirección, sonido, fotografía e interpretación, vestuario, maquillaje, peluquería, eléctricos…  Los diferentes equipos trabajan en la misma dirección, adoptan el objetivo común de llegar con todos los detalles necesarios resueltos para filmar con éxito la secuencia planteada. En la práctica y de forma natural, como aprendices de un oficio, alumnos y alumnas van interiorizando las rutinas propias de un rodaje. Los distintos roles permiten a los chavales descubrir su propia responsabilidad y la consciencia de que son parte fundamental de un equipo.

 

5.Rodaje: Catarsis e integración

Tras marcar el número de secuencia y toma con la claqueta se da la orden de “acción”. Es un momento mágico en el que impone un silencio absoluto, un silencio tenso durante el que todo el equipo se concentra únicamente en su función y lo que ocurre en el cuadro. La luz, el sonido, la composición, los movimientos de cámara, los diálogos y emociones de los protagonistas se convierten en lo único. 

Esta situación acentúa la atmósfera necesaria para que los protagonistas se entreguen a fondo. Gracias a la improvisación, que usamos como método a la hora de concretar una actuación, muy a menudo los alumnos que están interpretando llegan a momentos de catarsis, de superación. 
Gracias a la concentración (y confianza) de todo el equipo, se genera una atmósfera que les lleva a emplearse a fondo ante la cámara y terminar la toma con mayor fuerza y sabiduría que cuando empezó su actuación. Cuando se oye el “Corten” ese “subidón” catártico se contagia al equipo. La satisfacción es reparadora para todos cuando finalizamos con la sensación de haber resuelto bien la escena que tenían entre manos.

Tras el rodaje el grupo se sienta en círculo para compartir la experiencia y “resonar” con el drama representado por el protagonista. El protagonista ha abierto su pecho, se ha expuesto y ahora es el director el que invita al grupo a que participe igualmente de las vivencias, conflictos o experiencias personales que la actuación del protagonista les ha traído a la memoria. No se dan consejos ni análisis, es un momento para compartir sinceramente con la misma confianza que con la que actuó el/la protagonista.

En círculo, después de compartir a nivel grupal las experiencias y emociones personales, se realiza una evaluación y se reflexiona sobre los movimientos y los pasos que se han llevado a cabo en el rodaje de la secuencia a nivel personal y técnico.

 

6. Montaje: Visionado de secuencias y postproducción

El montaje y la postproducción son herramientas que amplían las posibilidades narrativas. La edición, el ritmo, el diseño sonoro, la colorimetría o la música conforman la estética de una película, y esta, una parte fundamental de la historia que queremos contar. Formamos a los alumnos en esta línea, experimentando con ellos cómo es posible enfatizar una emoción en un personaje a través del sonido y la iluminación, o aplicar un ritmo determinado a la narración a través de la edición. 

Partimos de una pedagogía de la esperanza, por lo que en el montaje, que todo lo transforma definitivamente en cine, en magia, siempre dejamos puertas abiertas. En esta fase animamos a los alumnos a desarrollar conexiones que se creían imposibles entre todas las historias y los personajes, facilitándoles un lienzo en blanco sobre el que proyectar e interpretar toda la información emocional que contiene el material rodado.

El visionado funciona como un espectrograma donde el grupo se ve reflejado en una pantalla de cine con dignidad, belleza y voz propia. Pasan a ocupar el lugar activo, sujetos creadores, protagonistas de una historia sobre la que pueden tomar decisiones.

Se realizan muchos visionados grupales antes del montaje final de la película. Durante estos visionados se realiza un trabajo introspectivo, reflexivo y de integración, que ayuda a crecer al alumnado en lo personal y en su actividad como cineastas.

De hecho, esta fase de edición, abierta a la creatividad y la proyección de sentimientos personales, suele acabar en las películas finales; El proceso de creación suele hacerse visible en la películas para mostrar el origen íntimo y personal de las ficciones que han creado en otras secuencias de la película. 

La presencia del metacine, con secuencias del proceso de realización de la película, y la indefinición constante entre lo real y lo ficticio son dos de las características comunes a las películas que han surgido de los proyectos.

 

7.Exhibición en salas: Coloquios con el público

Llevar la película a una sala no es sencillo, pero todo el trabajo que se ha llevado a cabo tiene el nivel de factura y desarrollo se ha hecho para ello. Hasta el momento, las películas que hemos realizado tienen la calidad que exige la liturgia de la sala a oscuras, el precio de una entrada y el interés del espectador.  

Para todos los que hemos participado en la película, pero sobre todo para los alumnos y alumnas, el momento de la exhibición es una parte determinante en la que muestran no sólo su capacidad creativa y de trabajo en equipo, sino que visibilizan sus realidades, su propia versión del mundo con la intención de, primero, ser vistos y oídos, y después, recibir la impresión del público.

Las sesiones de exhibición que organizamos siempre cuentan con una parte de coloquio e interacción con el público. En ellas los alumnos contestan las dudas que pueden surgir tras la proyección y reciben las opiniones de los espectadores directamente. Esta interacción es extraordinaria, en el sentido de que culmina un proceso de visibilización de estos jóvenes ante la sociedad, con el cine como medio de transmisión de ida y vuelta.